lunes, 15 de junio de 2015

La costa amalfitana





Esta primavera nos decidimos por fin. Nápoles llevaba tiempo en espera. Demasiado.

Nos dejamos influenciar troppo por las informaciones sobre su peligrosidad. No las niego, pero , como en todas partes, se trata de ciertos barrios donde no es aconsejable perderse y no más.
Turistas, al fin, nos hemos quedado a medias por no prolongar los días de estancia y por querer atrapar tanto en sólo 7 días.
Vivimos tiempos apresurados que por la inmediatez de móviles, internet, y otros artilugios, nos hemos acostumbrado a comprimir el tiempo, exprimirlo y, en definitiva, no llegamos a fondo a casi nada.

El viaje : muy hermoso y muy cansado. Amalfi, Sorrento, Pompeya, El Vesubio, Positano, Paestum y Caserta son un compendio de Arte e Historia que junto con Nápoles rebosan vida y belleza.

No se puede negar que casi todos estos lugares han hecho de sus tesoros un atractivo comercial y turístico que iguala a unos con otros lugares, da igual que sean las Islas Canarias que las Británicas. Tiendas y más tiendas estropean la bajada de un pueblo tan curioso como Positano. Abstraerse  de ellas es casi imposible. Impiden la visión del conjunto como no hace mucho lamentamos en Siena, por otra parte de tan diferente carácter una y otra...


En los ojos nos llevamos el azul intenso del mar, el verde pujante de los campos- tan fructíferos, por otra parte-, el ocre de las piedras, calles y plazas de Pompeya y Paestum. Una algarabía de sensaciones que a Luis le duran tras quince días de llegada y a mí me llevan a recrearme en las fotos.




 De Nápoles sólo resaltar la impresión de la última tarde : el Museo Arqueológico nos llevó de nuevo a una Pompeya viva tras su muerte. La misma sensación que tuve caminando por sus calles, su numeración de casas , las fuentes públicas - de alguna aún salía un agua fresquísima en estos días tan calurosos ( sobre los 27 grados ). Los anfiteatros cubierto y descubierto, los "restaurantes" de comida rápida- ellos apenas almorzaban al mediodía y para ello disponían de pequeños locales con servicio directo a la calle !Un asombro! Me doy cuenta de toda mi ignorancia y estos viajes despiertan las ganas de leer más libros de Historia. El cementerio a la salida de la ciudad y los hermosos túmulos hasta llegar a la recién reabierta "Casa de los Misterios" con su jardín, terrazas y habitaciones

 con los frescos recién restaurados, los suelos de mosaicos de piedra finísima y gran ornamentación.

Las ganas de volver y recorrer Nápoles a fondo me tientan para el próximo año.

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